Hilario Ascasubi y Justo José de Urquiza

Dos de los raros folletos de Ascasubi, publicados en la Imprenta del Colejio (sic) de Concepción del Uruguay.



Retrato del entonces coronel Hilario Ascasubi, obra del fotógrafo parisino E. Bondonneau, conservada en una biografía del poeta y militar, editada en aquella capital en 1863. Hilario, Catálogo Fotográfico N° 5, 2017, ítem 71. 



Juan Isidro Quesada


El historiador Juan Isidro Quesada es, desde 1997, académico correspondiente de la Academia Nacional de la Historia por la provincia de Buenos Aires. Autor entre otros ensayos, de Estudios sobre historia argentina: biografías y ensayos (2004); Paseo Genealógico por la Argentina y Bolivia, (2006); y junto a Francisco Pelliza, de Prisioneros de guerra. Memorias de las Casasmatas del Callao (1813 - 1820), Academia Nacional de la Historia, Union Academique Internationale, Buenos Aires, 2019.


Por Juan Isidro Quesada *

Es bien conocida la actuación de este vate gauchesco atacando a Rosas con diversas publicaciones de sus poesías en el idioma usado tanto en la campaña oriental como en la rioplatense. Al producirse el pronunciamiento de Justo José de Urquiza, gobernador entrerriano, el 1º de Mayo de 1851 contra la hegemonía política y económica de su par porteño, Juan Manuel de Rosas, bien pronto muchos de sus opositores se le acercaron, entre ellos Hilario Ascasubi.  

 

Conocido poeta y empresario, Ascasubi logró cimentar una fortuna que lo relacionó con muchas de las personalidades de su época. Pero sus orígenes familiares resultaban bien oscuros. Ya al intentar casarse en la década de 1820, la madre de su prometida, una señora de apellido Zemborain, le entabló juicio de disenso por considerarlo afrodescendiente, y lo ganó. Al casarse en Montevideo con quien sería su esposa también la familia de ésta le hizo similar juicio. Pero esta vez una justicia más correcta falló a su favor.

 

Ascasubi trató de ocultar sus verdaderos orígenes escribiendo en uno de sus numerosos libros que su padre tenía un origen español. Y ya de su madre no pudo ocultar quién era, pues en todo el Río de la Plata se sabía que era hija del Dr. Joseph Eugenio de Elías, conocido magistrado, y de una mulata cordobesa, como lo recuerda el Padre Grenón en uno de sus numerosos libros. En tanto que de su padre sólo se conocía lo por él aducido. Un joven genealogista, el Ing. Francisco Martelli, ha dilucidado este misterio. El padre de Ascasubi fue nieto de esclavos del Canónigo de la Catedral de Córdoba, Ascasubi. Para esos años dicho origen significaba un total menoscabo social. Se explica así la razón, hoy en día inimaginable, del rechazo que sufrió nuestro insigne poeta.

 

Emigrado en el Estado Oriental desde hacía veinte años, el Pronunciamiento efectuado en nuestro Litoral fue motivo para ponerse a las órdenes del Gobernador Urquiza escribiendo poesías dedicadas al acontecimiento que allí se desarrollaba.

 

Como es sabido, Urquiza en los últimos años de la década de 1840 había realizado importantes fundaciones progresistas, acordes a los avances del mundo civilizado de entonces. Entre esas obras, y creo que se trata de una de las más importantes para ese entonces, se destaca la creación de un colegio secundario en la ciudad de Concepción del Uruguay, el hoy llamado Colegio Histórico que aún perdura siendo un luminoso faro del saber. Por él pasaron prestigiosas personalidades que ocuparon cargos expectantes no sólo en la Argentina sino además en varios países sudamericanos. Urquiza convocó también a excelentes maestros con los que dio fama a ese instituto. Pero algo poco conocido es que lo dotó de una imprenta, un hecho inusual en esos años. Con ella quiso influir en las mentes de la juventud con las ideas de libertad y republicanismo.

 

Y fue en esa imprenta donde Ascasubi, reunido ya a las fuerzas de Urquiza, dio a luz cuatro folletos, hoy rarísimos, con versos gauchescos en forma de diálogos con los que popularizó entre el pueblo, soldados y gauchaje, la campaña contra Rosas.

 

Como decía, bien escasos son los ejemplares que han llegado a nuestra época. Distribuidos generosamente en pueblos del Estado Oriental y la campaña porteña y entrerriana, pronto desaparecieron en manos de lectores poco cuidadosos.

 

La primera vez que los vimos fue en el remate organizado por ALADA en octubre de 1958, subasta realizada por la Casa Bullrich. Demás está decir que se vendieron a muy buen precio y fueron adquiridos por conocidos coleccionistas de esos años.

 

Al cabo de mucha perseverancia me fue dable conseguir tres de ellos, al mismo tiempo que descubría mi parentesco con su autor por una rama desconocida. Nuestro poeta ocultó sus orígenes paternos y maternos, ya lo adelantamos. Su padre no había nacido en España como alegó en uno de sus escritos. Su abuelo había sido esclavo del Presbítero cordobés Ascasubi. Y su madre era hija natural de una mulata con un estudiante de la Universidad de Córdoba que con los años llegó a cargos de relieve en la magistratura porteña. De allí sus ojos azules y una piel bastante blanca. Pero en su época todos conocían ese origen que quiso ocultar infructuosamente. De allí también los juicios de disenso que le entablaron las dos veces que pretendió contraer matrimonio. En el primero, ocurrido en Buenos Aires salió perdidoso; en cambio, en el segundo los jueces de Montevideo fallaron a su favor alegando estar en contra de la discriminación racial.

 

Pero volvamos a los folletos. Ellos fueron impresos en el Colegio de Uruguay en 1851 y atacan a Rosas con virulencia. El primero que podemos citar es “Urquiza en la patria nueva, o los gauchos orientales platicando en los montes del Queguay en el 24 de Julio de 1851” y está dedicado al General Eugenio Garzón. Desgraciadamente no me ha sido posible obtener un ejemplar. Pero se sabe que es un impreso de no muchas páginas y de tamaño similar a los otros tres.

 

La muerte de Camila y el cura Gutiérrez, una tragedia que conmovió a propios y extraños.


El segundo folleto se titula “Trobas y lamentos de Donato Jurao o la muerte de la infeliz Camila O’Gorman que en compañía del Cura Gutiérrez fueron ferozmente asesinados en Buenos Aires por orden del famoso y cobarde carnicero Juan Manuel Rosas titulado Gefe Supremo.” Indica en su portada: Por Hilario Azcasubi (sic). Uruguay. Imprenta del Colegio. (52 páginas)

 

El otro folleto tiene el siguiente título: “Los Veteranos. Por H. A. Uruguay. Imprenta del Colegio. Octubre de 851.” (40 páginas)

   

“Paulino Lucero en Entre Ríos”, con sus 40 páginas, es el último.

 

Todos ellos miden 15 x 10 cm, lo que indica que fueron impresos en ese tamaño para ser llevados cómodamente ya sea por viajeros o militares en campaña. Lamentablemente, estas medidas facilitaron su pérdida, como ya hemos indicado.

 

Con este artículo queremos recordar los casi desconocidos impresos del Colegio de Uruguay que se distribuyeron en circunstancias azarosas de nuestra Historia. Ellos popularizaron la lucha emprendida por quien fue nuestro primer presidente elegido con la Constitución por él organizada, el general Justo José de Urquiza, y nuestro conocido poeta gauchesco Hilario Ascasubi.

 

* Especial para Hilario. Artes Letras Oficios


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