Rebozo de Totonicapán.

Totonicapán, El Kiché, Etnia Kiché, Guatemala. Principio del siglo XX.

Pieza de algodón y seda tejida en telar criollo de pedales (adaptación de los telares europeos traídos a América por los conquistadores españoles desde finales del siglo XV) con técnica de faz de trama. 

Medidas. Largo: 190 cm. Ancho: 78 cm. Flecos: 10 cm.

Su desarrollo estético muestra alternancia de listillas de seda de colores pastel con otras de algodón de tejido balanceado, es decir que la trama discurre sobre la urdimbre sin ocultarla totalmente, obteniendo un efecto llamado en la región meridional andina “pecho de paloma”, muy apreciado por lo difícil de su concreción y reservado para prendas de alta calidad. El hilado utilizado en estas calles de pecho de paloma es de algodón criollo, llamado ixcaco (del náhuatl ichcati = algodón) o cuyuscate. Se trata de un algodón pardo originario de Centroamérica, que en este caso ha sido teñido con sustancias vegetales para obtener el tono morado de la trama, contrastante con el color natural de la urdimbre.

El hilado de seda también es de origen guatemalteco, de capullos de chicop, una mariposa que abunda en las alturas de Quetzaltenango, tal como lo explica Ruth Corcuera en su libro Mujeres de Seda y Tierra [1].

La misma seda ha sido utilizada para confeccionar los flecos, amarrados y retorcidos uno por uno en ambos extremos del tejido, completando esta pieza que sumada a su innegable calidad artesanal destaca por la serenidad visual del reflejo que parece envolverla.

Nota:

1. Ruth Corcuera, Mujeres de Seda y Tierra, Buenos Aires, Editorial Argentina, 2006, p. 117.