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TEXTILES

PARA LUCIRSE

Rebozo gualaceño. Gualaceo. Azuay. Ecuador. Mediados del siglo XX.

 

Este rebozo ha sido tejido en telar de cintura, a faz de urdimbre, con lana de oveja hilada finamente con rueca. Las madejas fueron teñidas de rojo, y una vez tendida la urdimbre se procedió al amarre de determinados hacecillos de hilos, antes de volverla a sumergir en el baño tintóreo,  esta vez de color negro. Esta técnica se denomina Ikat, término de origen malayo referido al procedimiento de atar las zonas de la lana que se desea preservar de la penetración del colorante, antes de comenzar la mecánica del tejido propiamente dicho, entrecruzando tramas y urdimbres. Medidas: Largo: 140 cm. Blondas y flecos: 52 cm.

 

El Ikat ha sido ampliamente difundido en Sudamérica a través del fenómeno de transculturación a lo largo del corredor andino,  y particularmente en Ecuador, desde varios siglos atrás, sus tejedoras lo han venido utilizando con tal maestría, que  ha sido declarada patrimonio cultural de la Nación. [1]

 

En esta prenda, el diseño ornamental resulta atractivo y armonioso a la vez; las calles laterales de guardas de motivos florales de tipo europeo enmarcan un campo donde la artesana copió las imágenes de pájaros y fronda del Azuay, más precisamente de su entorno:  Gualaceo.

 

Una vez retirado del telar, los hilos libres de los extremos  de este rebozo han sido anudados con sumo arte para conformar la amplia blonda que nos vuelve a remitir al viejo continente, para finalizar en una lluvia de flecos libres que le brindan un marco de vida y movimiento.  

 

Nota:

1. Jackeline Beltrán: El Ikat es el nuevo patrimonio inmaterial del Ecuador. En el Diario El Comercio. Ecuador, 8 de julio de 2015, pp. 17 y 18.




S.O.XXIV - DOM

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