Jorge Sulzmann y su arte de pintar fotografías a mediados del siglo XIX

Con su varonil figura afronta la cámara en una pose que lo muestra con toda su elegancia. El retrato fue intervenido por el pintor Sulzmann, quien firmó su obra.



En el registro de la señora de Medina, Sulzmann incorporó con sus pinceles una nueva e imaginaria escenografía para su mejor lucimiento.



Abel Alexander


Historiador fotográfico argentino (n. 1943), investigador, restaurador, coleccionista y conservador de fondos fotográficos. Premio Gratia Artis (2021) otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina.


Es coautor de numerosos libros, ensayos, catálogos y artículos sobre la fotografía histórica argentina. En 2021 presentó su primer título de autoría exclusiva: Estos papeles son más fuertes que los ladrillos (Editorial ArtexArte. Colección Pretéritos Imperfectos. Buenos Aires). Desde hace décadas se desempeña como periodista especializado en fotografía antigua del diario Clarín de Buenos Aires.


Descendiente en 5ª generación del daguerrotipista y fotógrafo alemán Adolfo Alexander (1822-1881).


Curador de numerosas exposiciones sobre daguerrotipos y de antiguas fotografías a nivel nacional. Ha dirigido diversos Museos Fotográficos y Fototecas Históricas. En el año 1985 fue miembro fundador del Centro de Investigaciones sobre Fotografía Antigua en la Argentina "Dr. Julio F. Riobó".


Hacia 1992 inició junto a Miguel Ángel Cuarterolo y Juan Gómez los reconocidos Congresos de Historia de la Fotografía de trascendencia nacional e internacional a través de 12 encuentros.


Actualmente preside la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía (SIHF).


Durante 15 años organizó junto a Juan Travnik las exposiciones sobre fotografía histórica nacional en la FotoGalería del Teatro San Martín, de la Ciudad de Buenos Aires.


Desde el año 2006 y hasta 2018 se desempeñó como Asesor histórico-fotográfico de la Fototeca "Benito Panunzi" de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno", de Buenos Aires.


Ha editado diversas colecciones fotográficas como "La Fotografía en la Historia Argentina", "Escenas de la Vida Cotidiana”, "Un Siglo de Fotografía Argentina" y otros títulos sobre ésta temática histórica.


En septiembre de 2017 participó como co-autor y expositor invitado de la muestra "La Fotografía en Argentina (1850-2010). Continuidad y Contradicción" organizada por el J. Paul Getty Museum de Malibu, California.


En el año 2021 fue designado Académico Correspondiente en la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina.


Por Abel Alexander *

A modo de prólogo

 

La reciente disciplina sobre la Historia de la fotografía argentina, iniciada en forma sistemática a partir de la década de 1980 gracias a investigadores pioneros, como Miguel Ángel Cuarterolo, Vicente Gesualdo, Sameer Makarius, Juan Gómez, Luis Priamo y entre quienes me incluyo, se abordó en una primera etapa su evolución a nivel nacional y a lo largo de su primer siglo o siglo y medio de existencia.

 

En sus comienzos no hubo oportunidad de encarar las necesarias biografías con cierta profundidad sobre cientos y hasta miles de precursores de la cámara. Sin embargo, la prestigiosa colección de libros de la Fundación Antorchas vino a remediar esta falencia gracias al empeño del reconocido historiador Luis Priamo; en forma continua se han publicado minuciosas biografías sobre figuras fundantes como Fernando Paillet, Juan Pi, Esteban Gonnet, Benito Panunzi, Christiano Junior, Samuel y Arturo Boote, Samuel Rimathe, Harry Grant Olds y otros.

 

En esta línea de investigación y publicación se suman los exitosos Congresos de Historia de la Fotografía que, a partir de 1992 y a través de sus Memorias, han puesto en valor completas biografías con el aporte de autores como Juan Gómez con su obra sobre el francés Bartolomé Loudet, o el matrimonio de Haydee Epifanio y Eduardo Marcet, dedicados a rescatar los fotógrafos anglosajones activos en nuestro país, para dar sólo un par de ejemplos. Sumo ahora este nuevo trabajo, como el reciente centrado en Lázaro Sudak, sobre el talentoso artista alemán Jorge Sulzmann, del cual sólo se tenían algunas referencias aisladas a través de diversos autores.

 


Un desafío biográfico llamado Sulzmann

 

El reciente hallazgo de un par de retratos fotográficos, como ha sucedido en otras ocasiones, me llevó a retomar lejanas pesquisas, dormidas por años en mi archivo. Tras la comunicación de la Galería Hilario me encontré ante sendos retratos de dama y caballero, obras vintage copiadas en papel salado fotográfico; ambas dibujadas e iluminadas a la acuarela. Y lo más sorprendente, una de ellas con la firma del artista pintor, el alemán George Sulzmann, a quien le había seguido sus pasos hace ya largo tiempo.

 

El estudio de estos retratos sedentes ofrecidos en la última subasta fue el inspirador del presente artículo de investigación y Sulzmann, un olvidado protagonista de lejanas búsquedas saltó al presente con toda su magia. Es que pocas veces se tiene la oportunidad de poder evaluar obras tan especiales, como son estas dos pioneras imágenes vinculadas a la etapa fundacional de la fotografía argentina.

 

En realidad, estamos frente a dos autores; si bien sólo una de ellas está firmada por el pintor, le atribuimos la restante con argumentos plenos. Fue Jorge Sulzman quien las dibujó inventando escenarios y también las pintó (iluminó, diríamos técnicamente), pero las tomas y sus copias fotográficas se las atribuimos al italiano Luigi Bartoli (1821-1886).

 

La posibilidad de profundizar en la vida de Sulzmann, un artista del cual sólo se conocen algunos abordajes parciales, acudiendo a nuestras ya viejas investigaciones, nos permitieron develar este pequeño misterio. Las fuentes primarias registradas echaron la luz necesaria; nos referimos a los censos de población, registros en guías y anuarios de comercio, así como los avisos publicitarios en diarios y revistas de la época. Y, además, algunas obras sobrevivientes en colecciones públicas y privadas.

 

La investigación se inició en el Primer Censo de la República Argentina realizado en septiembre de 1869 bajo la presidencia de Domingo F. Sarmiento. En su vivienda de la calle Tucumán de la ciudad de Buenos Aires, el censista entrevistó a Jorge Sullzmann (sic), alemán, nacido en 1828, de estado civil casado y de oficio pintor al óleo. A su esposa Emilia G. de Sulzmann, argentina, nacida en 1840 y a las cuatro hijas argentinas del matrimonio: Elena (1857); Julia (1859); Virginia (1861) y Emilia (1864). Y en esa línea de búsqueda lo ubicamos también en el "Almanaque Nacional y Guía del Comercio para 1870" con taller en calle Tucumán N° 83 y anunciado bajo el rubro de "Retratista".  A su vez el "Gran Almanaque de La Nación" para 1871 indica que Sulzmann aún trabajaba y evidentemente vivía en esa propiedad de calle Tucumán junto a su numerosa familia.

 

Retomando al censo diremos que ese día se cometieron dos errores; el primero fue asentar el incorrecto apellido "Sullzmann" -con doble ele- y, el segundo, señalar que su mujer y todas sus hijas también eran pintoras al óleo. Los reveladores datos de la planilla indican que aquel inmigrante alemán había contraído enlace con LA joven argentina Emilia G. - de tan solo 16 o 17 años- con quien formó su numerosa familia. Ese primer censo nacional documentaba a la ciudad de Buenos Aires con 187.346 habitantes -en el país fueron registrados 1.737.080- y los porteños eran atendidos por un total de 133 profesionales de la cámara.

 

El historiador del arte Vicente Gesualdo (1922 - Buenos Aires - 1999) señala en su interesante libro "Historia de la Fotografía en América - Desde Alaska hasta Tierra del Fuego en el siglo XIX": "El alemán Sulzmann quien era socio - de Luigi Bartoli - en 1856, había llegado el año anterior a Buenos Aires; había sido pintor y fotógrafo de Cámara de la reina Isabel II: y lo trajo a Buenos Aires en 1855, el genovés Bartolomé Bossi (1817-1890) quien era el capitán del vapor "América" cuando se incendió en la Navidad del año 1871."

 

De ser así, suponemos que la actuación de Sulzmann en la cosmopolita Madrid y, nada menos que cercano a la corte de la Reina Isabel II (1830-1904), debió pulir lo suficiente su práctica sobre el idioma castellano, como para planificar seriamente su radicación en la lejana Argentina. En este sentido tenemos uno de los primeros documentos sobre su actuación en Buenos Aires; efectivamente en el diario "Los Debates" del 20 de septiembre de 1855 se publica el destacado aviso comercial que transcribimos completo:

 

"Retratos - En fotografía y Electrotipo. Establecimiento de L. Bartoli y Ca. Plaza de la Victoria. Recova Nueva N° 56 - Esta galería estará abierta todos los días, desde las 8 de la mañana hasta las cuatro de la tarde. El Sr. Bartoli invita al público á visitar su galería y examinar con especialidad los retratos en fotografía, que con mucho empeño y esmero ha alcanzado á ponerlos á la altura de los que se hacen en Europa. Los retratos en fotografía son pintados por el Sr Sulzmann, artista de alta reputación bien conocida en esta Capital, como sin comparación en su delicado pincel. En la misma casa se encuentra un surtido lujoso de marcos cajas, medallones y prendedores de oro. También se venden dos máquinas completas para fotografía y electrotipo."

 

Estos testimonios de época y donde Sulzmann interviene como pintor sobre los retratos de Bartoli, nos obliga a detenernos en un corto, pero muy interesante capítulo de nuestra fotografía. El invento francés del daguerrotipo (1839) finalmente desembarcó en Buenos Aires casi cuatro años después, fue cuando los porteños tuvieron acceso a esas primeras imágenes que, por entonces, eran en su mayoría pequeñas, casi miniaturas. Pero aquel primer paso derivó prontamente en la fotografía por el proceso negativo-positivo en copias sobre papel originadas en Talbot, novedad que derivó en la convivencia de éstas con los daguerrotipos, electrotipos, ambrotipos y aún ferrotipos. Vemos claramente esa competencia gracias al aviso de Bartoli del año 1855, quien ofrece a sus clientes retratos en fotografía y electrotipo; una mejora técnica del viejo daguerrotipo. 

 

En aquel interregno de pocos años, algunos fotógrafos ofrecieron la novedad de retratos a mayor tamaño -por ejemplo, en la medida standard de placa entera 16,5 x 21,5 cm- pero a gran color y copiados sobre papel salado - "salt print" - y cuya superficie era ideal para dibujar y por supuesto iluminar (colorear). Fue la gran oportunidad para pintores retratistas de caballete e inclusive para los hábiles miniaturistas, cuyo oficio se veía muy amenazado por las nuevas imágenes mecánicas. Y el público nostálgico del color de los grandes retratos al óleo acompañó este período, el cual finalizó abruptamente cuando hacia el año 1860 se impuso la fulminante moda francesa de las pequeñas tarjetas de visita o "carte-de-visite" y el color desapareció completamente en ellas. Como excepción mencionamos las tarjetas de visita coloreadas por el pintor y fotógrafo sanjuanino Desiderio Aguiar, en especial su iconografía sobre los militares que marchaban a la Guerra del Paraguay (1865-1870).

 

En cuanto a la formación artística de Jorge Sulzmann comprobamos que sucedió en Europa, puesto que, al desembarcar en Buenos Aires con tan solo 27 años, ya contaba con el talento y la necesaria experiencia en diversas disciplinas como el dibujo, la pintura, la litografía, la miniatura y la fotografía. Habilidades que puso de inmediato al servicio -a través de convenios comerciales- con reconocidos talleres litográficos y fotográficos de Buenos Aires y Montevideo. Casado hacia 1857 y con cuatro pequeñas hijas, el aspecto pecuniario de sus múltiples oficios fue vital para el mantenimiento de su numerosa familia.

 

Recién instalado a principios de 1855 nuestro artista y con gran acierto trabajó sobre la grandes figuras políticas del momento, en tal sentido su retrato sobre Bartolomé Mitre mereció elogios del diario La Tribuna de Buenos Aires: «Antes de ver el retrato del coronel Mitre habíamos tenido motivo para apreciar debidamente el talento del joven Schulztmann (sic); pero esta nueva obra nos ha demostrado que no solo es fuerte en la miniatura, sino en el dibujo sobre la piedra». Y lo mismo sucedió en las páginas del diario El Nacional (7 de agosto de 1855): «La litografía del señor Zulzmann (sic) ha reproducido, con feliz éxito, un retrato al electrotipo de nuestro distinguido ministro de Guerra, rivalizando la naturalidad y semejanza de la fisonomía con la soltura del trazo. Creemos que esta litografía es una de las primeras que intentan con suceso sacar este arte de la inferioridad en que se hallaba en relación a la cultura del país, y a los progresos y adquisiciones que han hecho otros [...]» Los diarios de la época se ocupan también de otras dos litografías de Sulzmann -febrero 1856-, sendos retratos que corresponden a la artista Matilde Duclós caracterizada en su papel de Juana I de Castilla en figura de cuerpo entero y el de Carlos Mayer que fue impreso en Montevideo. De las prensas del prestigioso litógrafo francés Julio Pelvilain salió además su trabajo sobre el célebre actor Germán Mac Kay.

 

En el diario porteño La Tribuna del 12 de junio de 1857, en su página 3, columna 4, encontramos este aviso publicitario: «Retratos en miniatura y aguada por Sulzmann. El Sr Sulzmann tiene el honor de ofrecer al ilustrado público de Buenos Aires sus servicios en el ramo de retratos en miniatura, sobre marfil, desde lo más grande hasta lo más mínimo, garantiendo (sic) la semejanza. Hace retratos en aguada, que se pintan sobre cartón de Bristol, semejante a la miniatura y muy recomendables por su fino y vigoroso colorido. Hace también retratos sin colores, al lápiz de París, sobre cartón de Bristol muy semejante al grabado inglés, que se hacen notables por su elegancia y sencillez. Igualmente se hace cargo de hacer retratos nuevos teniendo a la vista cualquier retrato viejo o deteriorado. Ocúrrase a los altos de la Merced, num. 54». Debemos señalar que solo meses después -noviembre- muda su taller a la calle del Perú N° 35 donde sigue ofreciendo todo tipo de retratos, en especial miniaturas en joyas. 

 

De sus alianzas con otros profesionales del retrato, reproducimos el siguiente aviso a página entera publicado en "El Avisador" - Guía General de Comercio editada por Wenceslao R. Solveyra para el año 1862: 

 

«Aldanondo y Sulzmann - Retratistas. Recoba Nueva, número 78. - (Grabado de un fotógrafo con su cámara de estudio retratando un cliente).  Este establecimiento, el más antiguo y único en su clase, tan generosamente conocido por sus lindísimos retratos en pastel, estilo moderno de Europa, sin rival en las Repúblicas del Plata, como lo acreditan las obras que el público conoce. Siendo este establecimiento el primero que ha introducido las máquinas y aparatos para toda clase de retratos, también ha sido el primero y hasta hoy es el único que hace los retratos á lo "humano-tipo", ó sea esas célebres, perfectas y acabadas pinturas de las porcelanas de Sévres. No solo se ocupa este gran establecimiento en las obras de alto precio como generalmente es el exclusivo en esta clase de trabajos artísticos, sinó que, habiendo recibido las máquinas más ventajosamente conocidas para retratos-targetas (sic) y de otras clases de aparatos, les permiten hacer retratos hasta los más ínfimos precios, respondiendo de la exactitud. Para que ningún charlatán pueda darse importancia apropiándose de nuestro sistema y perfección en los retratos, toda obra que salga de esta casa llevará el sello en tinta azul, Aldanondo y Sulzmann».

 

En esta misma Guía "El Avisador" pero, en su tercera edición para los años 1866 y 1867, y bajo el rubro "Retratistas al Óleo" (página 332), comprobamos que Jorge Sulzmann operaba como único titular y con local al público en la calle Florida N° 141; según esta publicación, por entonces Buenos Aires contaba con otras 6 firmas dedicadas a los delicados retratos pictóricos.

 

Debemos señalar que en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires se conservan cuatro obras de Sulzmann. Bajo el número 9653, un retrato del capitán Carlos Mayer dibujo de Sulzmann y litografía de Megé y Willens (Montevideo); el 5522 retrato del gran actor dramático Germán Mac Kay dibujo de Sulzmann y litografía de Jules Pelvilain. 5524 Retrato del general Bartolomé Mitre de 3/4 de cuerpo, litografía de Sulzmann y, finalmente, el número 5531 retrato en media pierna de Mitre y litografía de Sulzmann. A su vez el Museo Histórico Nacional de Montevideo, conserva el retrato de Heráclito José Fajardo según un dibujo de Jorge Sulzmann realizado en Buenos Aires en 1862.


 

El hallazgo, su relevancia

 

El par de fotografías vintage dibujadas e iluminadas a la acuarela -sobre copias en papel salado, "salt print" fotográfico – se encuentran conservadas en excelente forma; ambas miden en torno a 23 x 17 cm, un respetable tamaño para la época.

 

En la primera constatamos que nuestro retratista dibujó una nueva e imaginaria escenografía para el mejor lucimiento de la señora de Medina, quien posa sentada con un lujoso vestido de amplio miriñaque. La cadena y otras joyas resaltan gracias a la delicada pintura en oro. A la derecha se aprecian algunos muebles "inventados" como el hogar, cuadros y marcos que visten la escena. También la destacada alfombra a rombos, el mantel rojo y hasta el florero surgen de la imaginación del artista.

 

Detalle de la firma de Sulzmann / pintor. Se observa en el retrato del caballero, seguramente de apellido Medina.


La figura del caballero se presenta más austera, en esta ocasión Jorge Sulzmann utiliza un fondo liso, claro y neutro que destaca la varonil figura; la alfombra casi no se percibe y los libros sobre la pequeña mesa le otorgan un aire intelectual que se refuerza con el fino bastón. La gran cadena de oro del reloj de bolsillo. EL traje oscuro con chaleco cruzado, junto con la camisa blanca, y la negra corbata moño, representan el mejor atuendo de su época. Sobre el borde inferior derecho de la obra se ubica su firma autoral ológrafa: "Sulzmann" y abajo la aclaración de: "Pintor".

 

Estamos frente a un excepcional par de retratos sobre un matrimonio decimonónico; son muy tempranas copias fotográficas originales por el proceso negativo-positivo, donde se acudió como soporte primario al aquí poco utilizado papel salado, conocido como "salt print", fruto de la inventiva del inglés William Henry Fox Talbot (1800-1877). La llamativa aplicación del color fue ejecutada a pincel y utilizando la técnica de la acuarela. La sesión de pose en estudio fue realizada en Buenos Aires -ciudad donde el germano Sulzmann trabajó en el campo artístico por más de tres lustros- y el pedido de los comitentes solicitando dos trabajos individuales en lugar de uno, nos indica el alto nivel económico de la pareja en cuestión.

 

Bibliografía:

° Abel Alexander, Daguerrotipistas y Ambrotipistas Alemanes en la Argentina, en Revista "Todo es Historia", Buenos Aires, Diciembre de 2001, N° 431, 2001.

° "Almanaque Nacional y Guía del Comercio para 1870", Buenos Aires, Año 3, Imprenta del Siglo, 1870.

° Amado Becquer Casaballe - Miguel Ángel Cuarterolo, Imágenes del Río de la Plata - Crónica de la fotografía rioplatense 1840-1940, Segunda Edición, Buenos Aires, Editorial del Fotógrafo, 1985.

° Primer Censo de la República Argentina, Verificado en 1869 [...] bajo la dirección de Diego G. de la Fuente. Buenos Aires, Imprenta del Porvenir, 1872.

° Vicente Gesualdo, Historia de la Fotografía en América - Desde Alaska hasta Tierra del Fuego en el siglo XIX, Buenos Aires, Editorial Sui Generis, 1990.

° Juan Gómez, La Fotografía en la Argentina - Su Historia y Evolución en el Siglo XIX 1840-1899, Temperley (Buenos Aires), Abadía Editora, 1986.

° Hilario. Artes, Letras & Oficios, Fotografías de América Antiguas y Modernas, Buenos Aires, Catálogo Fotográfico N° 3, 2015.

° "La Nación - Gran Almanaque-Guía de La Nación, Buenos Aires, Imprenta La Nación, 1871.

° Museo Histórico Nacional, Buenos Aires, Catálogo, 1951

° Antonio Pillado, Diccionario de Buenos Aires o sea Guía de Forasteros, Buenos Aires, Imprenta del Porvenir, 1864.

 

Mi agradecimiento a todos los que me permitieron avanzar en esta búsqueda, a los que hoy pueden leer este ensayo, y quienes lo harán desde otra dimensión celestial:

Angélica Alexander; Miguel Ángel Cuarterolo; Haydee Epifanio; Rosario García de Ferraggi; Vicente Gesualdo; Juan Gómez; Oscar Levín; Eduardo Marcet; Luis Priamo; Adolfo Luis Ribera; Fernando San Martín; Clara Tomasini y Guillermo Vega Fischer. 


* Especial para Hilario. Artes Letras Oficios


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