Retrato de un oficial. Valparaíso, Chile. Circa 1870.

Copia vintage a la albúmina en el formato universal de "portrait cabinet". Medidas:  13,7 x 9,7 cm. Fotografía  - cortada en forma irregular y pegada sobre un cartón impreso en recuadro y de época, con la leyenda al pie en tinta litográfica roja: “Valparaíso, Calle San Juan de Dios N. 41”. Al dorso de la obra, con el mismo tono de tinta la siguiente publicidad: “Establecimiento Fotográfico / Calle de / San Juan de Dios  41” La firma fue fundada hacia la década de 1860 por el inmigrante dálmata Miguel Guillermo Cunich. Esta promoción se ubica dentro de un óvalo apaisado que incluye un cámara fotográfica de madera con fuelle y flanqueada por dos ángeles protectores con sendas llamas en su cabeza, un par de antorchas cruzadas y diversos motivos románticos de adorno, sello que, curiosamente, fue cubierto posteriormente con un papel impreso de la firma Bizioli Hermanos de Buenos Aires. La imagen se conserva  en buen estado. 

Sobre la historia de aquel fotógrafo activo de Valparaíso, el inmigrante Miguel G. Cunich, casó con la chilena Ventura Silva Olavarría y su familia política colaboró económicamente en el desarrollo de aquel establecimiento del Puerto que logró gran jerarquía por la calidad de sus retratos, la introducción de la novedosa fotografía estereoscópica y la venta de vistas. En 1872 Miguel viajó a Europa con su esposa y dejó a su  hermano Juan Antonio provisoriamente a cargo del local, pero falleció inesperadamente en Nápoles (Italia) hacia abril del año 1873. (1)

Retrato de estudio de un jefe militar de alto rango en su ancianidad. Era común hacia la época la costumbre de que guerreros destacados al llegar a una edad avanzada, fueran convencidos por sus familias de volver a vestir el antiguo uniforme de gala con las merecidas condecoraciones y posar para el fotógrafo. Probablemente fue este el motivo por el cual aquella gloria militar mira con hidalguía hacia la gran cámara de estudio; se encuentra sujeto por el gancho metálico de nuca cuya base tríptica está disimulada por la gran cortina. De pie, luce sus grandes charreteras, cordones, premios y bandas, y sostiene la larga espada de combate; destacan cuatro condecoraciones sobre el pecho y otras tres en la manga, mientras el sombrero bicornio descansa sobre el pequeño mueble de estudio. Las batallas todavía resuenan en su mente.

Abel Alexander

Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía