Montura mexicana de pico. Argentina. Principios del siglo XX.

Cuero y metal. En su porción delantera, el pico o pomo, decorado con láminas de plata baja, las que también envuelven el borde de la peineta. En esta última, con una decoración ad hoc resuelta  por su propietario; al centro con un sol con rostro y rayos flamígeros, enmarcado por dos guirnaldas. Presenta estribos de suela tipo capachos. La silla de montar y los estribos se encuentran en general en buena forma, con alguna pequeña pérdida en el ala, y unas costuras extraviadas. 

En Argentina, sorprendente, se utilizaron a lo largo de muchas décadas las sillas de montar mexicanas -con y sin pico- y las de cowboys, también con variantes. En las primeras décadas del siglo pasado, tenemos un ejemplar en nuestra biblioteca, la antigua talabartería y curtiembre Casimiro Gómez editaba sus catálogos donde encontramos ambas; el modelo “cow- boy” se presentaba en tres versiones: “Texas”, “Colorado” y la propia “Far West”. De igual modo, y con pequeñas variantes de diseño, estas monturas eran vendidas por la “Talabartería de los estancieros para todo el país”, la famosa Casa Arias.  

En América del Norte, la equitación “western” es una escuela heredera de los jinetes mexicanos. En nuestro ejemplo, el modelo se vincula a las antiguas sillas californianas y a las posteriores del cowboys, aunque tiene ciertos detalles que nos permiten identificarla como heredera en su estilo de las sillas de montar usadas por los vaqueros mexicanos del siglo XIX. “La cabeza de la silla evolucionó en el tiempo, a tener un cuerno más grande en forma de meseta, que se utilizaba para sujetar la reata después de lazar una res u otro caballo”. (1)

Nota: 

1. Alicia María González: Cuando el Norte se convirtió en el Oeste: Del vaquero al cowboys. En “América tierra de jinetes”. Citibanamex, Ciudad de México, 2018, p. 179. 

S.O.H-XII

GOLM