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ARTE

LAS LUCES DE UN MAESTRO

Copia del Autorretrato de Peter Paul Rubens. Florencia, hacia 1885.


Óleo sobre cartón. Medidas: 50 x 40 cm. Sobre la pintura -hacia su base, en la izquierda de la obra- la leyenda: “Caraffa - Copia Rubens”. La pintura se presenta con su marco original.


Emilio Caraffa, merced a la buena amistad del Dr. Eduardo Wilde, obtuvo una pensión para completar en Europa los estudios iniciados en Rosario primero -bajo la tutela del profesor Vignes- y luego en Buenos Aires, junto a Francisco Romero en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes. Estudió en Nápoles, desde 1885, y luego en Roma. Como nos demuestra este óleo suyo, estuvo en Florencia, pues se trata de una copia del autorretrato con sombrero de Rubens, preservado en la Galleria degli Uffizi


Al igual que la mayoría de los jóvenes artistas estudiantes en el Viejo Mundo -para entonces Caraffa contaba con veintitrés años- buena parte de la formación consistía en copiar a los grandes maestros. La elección de este autorretrato realizado entre 1623 y 1625 por Peter Paul Rubens (Flandes, 1577–1640) no es casual, nos revela cuál era el verdadero deseo, la meta de Caraffa, el arte español. No tomó las voluptuosas y coloridas composiciones que vinculan al flamenco con Tiziano, Tintoretto o Caravaggio, sino su sobrio autorretrato, vestido de negro, cercano al estilo de Velázquez, que luego Caraffa estudiaría en profundidad en el Museo del Prado. 


Vemos entonces aquí a Rubens vestido a la moda de la época, primer cuarto del siglo XVII. Lleva un gran sombrero negro y un manto del mismo color que solo deja ver la punta del cuello blanco. Sobre un fondo en tonos verdes y ocres, destaca por contraste el rostro que, de perfil, mira hacia nosotros. En el ejercicio de copias frente a la obra en los museos se modifican las medidas, en este caso presenta unos 10 cm menos por lado; el original es de 61 x 50 cm. La obra está magníficamente lograda. El modelo elegido por Caraffa es una de las versiones del mismo motivo de autorretrato cortesano, realizada por aquel artista. La principal fue pintada por Rubens para el príncipe Carlos de Gales, luego el Rey Carlos I, y luego le sucedieron otras, en las que cambiaba ligeramente el fondo o de dirección de la figura, como en el conservado en la casa-taller de Rubens, en Amberes. Respecto a esta variante realizada por Caraffa, aunque siendo fiel al original del siglo XVII, despliega la personalidad plástica del artista argentino. Como sostiene Bondone [1] "No fueron las suyas copias frías, reproducciones más o menos felices; podemos decir que creó al copiar, ya que dio a sus traslados los ecos de un espíritu vibrante".


Emilio Caraffa (Catamarca, 1862 - La Cumbre, Córdoba, 1939) fue un pintor, en concepción de José León Pagano, perteneciente al grupo de los organizadores, junto a Eduardo Sívori y Eduardo Schiaffino [2]. Como ya mencionamos, se formó en Rosario, en Buenos Aires, y posteriormente y por seis años en Italia y España. De regreso a la Argentina desarrolló su carrera artística y académica en Córdoba. Fundó en aquella ciudad la Academia de Bellas Artes en 1902 y el Museo de Bellas Artes en 1912. En la misma provincia pintó figuras que embellecen la Catedral y el plafón de la sala principal del Museo Genaro Pérez.


Notas:

1. Tomás Ezequiel Bondone, Caraffa. Ediciones Museo Caraffa, Córdoba, 2007. Página 57.

2. José León Pagano, El arte de los argentinos, Buenos Aires, edición del autor, 1937.



S.E.30A - GMMM


AUTOR/A EMILIO CARAFFA

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