LA RELIGIOSIDAD DEL PUEBLO

Hincados ante la Virgencita. México. 

Gelatina de plata vintage, suelta, con el sello húmedo del fotógrafo detrás: “NACHO LÓPEZ / MÉXICO D. F.” Medidas: 10,2 x 15,2 cm. Obra en buen estado.

Ropa humilde, zapatos con las suelas agujereadas y el gesto de la plegaria de los pobres sin rostro. La imagen es la cabal manifestación de un gran fotoperiodista que, desde su gestión independiente logró trascender el mandato de los grandes medios dispuestos a construir una imagen amigable y poderosa de un México folklórico, pero empoderado y esplendoroso. “Los reportajes fotográficos podían describir lo pintoresco, lo exótico, lo ingenioso, lo nacional indudable, pero nunca lo real inevitable; la pobreza, la creciente disparidad entre los habitantes de un país que aún se creía rico [...] Estos fotógrafos free lance o independientes -aunque a veces no tanto- empezaron, con Nacho López como el pionero, a ver en México algo más que plástica a granel y rostros indígenas impenetrables o surrealismo a mansalva por todas partes.” [1]

Ignacio López Bocanegra (1923-1986), Nacho López, fue el fotógrafo del México profundo de las comunidades indígenas, de los sectores populares y de sus tradiciones, hábitos y costumbres. Fotoperiodista, desde una posición independiente realizaba sus ensayos fotográficos que se publicaban en los medios nacionales, como las revistas Hoy, Mañana, Tiempo y Tiempo. En su evolución como fotógrafo, se convirtió en un eximio cronista urbano, exploró y retrató la mexicanidad desde lo cotidiano, con ensayos cargados de su particular mirada, como lo fueron “México: dolor y sangre, pasión y alma”, y “México místico”. En ocasiones, su fotografía se muestra artística, pero no de un modo solemne, sino lúdico. 

Nota: 

1. Así lo reflexionaba Rodrigo Moya, citado por John Mraz, México en sus imágenes, Artes de México, 2014, p. 272.