Escenas de un rancho. Argentina. Circa 1860.

Grafito y acuarela sobre papel; acuarela, la que se aprecia enmarcada abajo. Medidas: 14,7 x 22,2 cm y 14,8 x 22,2 cm. Ambas obras están contenidas en un mismo marco.

Paradigma del artista viajero del siglo XIX, Pallière fue un maestro en el arte del boceto, apunte o sketch, diversos nombres que llevan las obras que el pintor y dibujante iba realizando con acuarelas o lápices en las hojas de un cuaderno en el preciso momento que las observaba, para luego desarrollarlas en obras mayores al óleo, en la tranquilidad del atelier. Sin embargo estas aproximaciones tienen su valor en sí mismo. Ofrecemos aquí tres de sus “visiones de viajero” realizadas sobre dos hojas. 

En la superior observamos dos escenas del interior de un rancho. A la izquierda, en un ambiente amplio, de techo alto, un hombre de camisa blanca y chiripá punzó se encuentra sentado al lado de una puerta. Unas cortinas tendidas por un cordón y mecidas al ritmo del viento pampeano lo separan de otro ambiente. En la escena de la derecha, el mismo personaje, esta vez con sombrero y pañuelo en la cabeza, se apoya en el horcón de la puerta de su rancho. En el otro extremo su china está sentada. Entre ambos, sujeta a los postes de la puerta, cuelga una hamaca paraguaya. El conjunto se completa con una tercera vista -la inferior en el marco, y la más preciosa de las tres- que con aún mayor ligereza de trazos, perfila desde lejos el rancho sobre el horizonte pampeano, a contraluz de un atardecer encendido en colores. Ponderamos de ellas, no solo la belleza de tres pequeñas obras maestras, sino también el preciso registro visual de aquel tiempo y aquel lugar, que como un cronista visual, Pallière recogió en sus andanzas por las tierras argentinas en la segunda mitad del siglo XIX.

Su autor, Juan León Pallière (1823 – 1887) fue uno de los más prestigiosos artistas que en la segunda mitad del siglo XIX nos legó preciosas vistas y escenas con pobladores criollos, indígenas y europeos, y sus costumbres. Nacido en Brasil, Pallière realizó su periplo académico por Europa y en 1855 se radicó en Argentina donde actuó por espacio de diez años, convirtiéndose en el artista más destacado de la época. En sus distintas excursiones por los alrededores de Buenos Aires y por sitios más distantes como Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán; Chile, Cobija (por entonces puerto boliviano) y Salta; Uruguay, ó Entre Ríos, el Chaco, Misiones y el sur de Brasil, levantaba sus bocetos y apuntes en libretas de campo, las que ya en su estudio resultaban imprescindibles para realizar óleos, acuarelas y tintas. En 1864 alcanzó el cenit de su producción artística rioplatense al editar su extraordinario Álbum de escenas americanas, compuesto por 52 láminas litografiadas en Buenos Aires por Pelvilain. Dos años más tarde regresaba a Francia para afincarse definitivamente en aquel país.

S.O.IX

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