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FOTOGRAFÍA

OTROS HALLAZGOS FOTOGRÁFICOS

El último adiós. Avellaneda, prov. de Buenos Aires. 1938.

Sin duda, un verdadero hallazgo iconográfico en la obra de Otero; una de sus tempranas fotografías de los años '30. Papel fotográfico a la gelatina de plata -marca "Agfa"-, en formato postcard -8, 5 x 13,5 cm- en emulsión blanco y negro y textura brillante, con un delgado borde blanco y corte tipo serrucho. La imagen incluye en el lateral derecho una leyenda vertical -precedida por la cruz- escrita sobre el mismo negativo; en cada uno -lo hacía así- y de puño y letra del mismo Otero, se lee: " Adolfo J. Quintans. 23 años - 24-IX-1938". La misma se preserva en una carpeta alegórica blanca -19 x 11,5 cm-, en cuya tapa se encuentra impreso un Cristo Crucificado en suave tono oro y la publicidad de su casa.


Se trata de un ejemplo clásico de la denominada "fotografía de cortejo". Los deudos acompañan al ser querido rumbo a su última morada. La escena en una fría mañana de septiembre, conmueve, se aprecia el severo cortejo y el féretro ubicado sobre una lujosa cureña; empleados de la funeraria con guantes blancos dirigen el desfile fúnebre. Con buen criterio Pedro Otero registró desde cierta altura la compacta muchedumbre.


Mucho se ha escrito sobre la vida y obra del recordado Pedro Otero (Avellaneda: 1913 – 1981) y siempre en su condición de referente absoluto de la fotografía artística argentina de mediados del siglo XX.  Como dibujante, pintor, fotógrafo y aún escultor, este hijo de un carpintero y ebanista, empleado de los frigoríficos de La Negra y La Blanca, se destacó además desde muy joven por su militancia política, social y por un amor acendrado hacia la cultura proletaria, de la cual formó parte a través de su clara identificación como: "Pedro Otero de Avellaneda".


En aquella popular barriada "Perico" desarrolló desde su niñez un cariño especial por esa sencilla comunidad de trabajo; hacia marzo de 1927 finalmente se empleó como aprendiz del Estudio Fotográfico que regenteaba Don Adolfo Yusif con un socio; se iniciaba así y con solo 13 años en la práctica de una profesión que abrazaría con pasión por el resto de su vida. En forma paralela estudiaba también pintura y dibujo en clases nocturnas para, finalmente, ingresar en la Escuela Superior de Arte Decorativo de la Nación.


Desde muy joven y cámara al hombro, incursionó en el periodismo gráfico en conocidos diarios de Avellaneda como "La Libertad" y "La Ciudad"; y también colaboró en el vespertino porteño "Noticias Gráficas" -de tirada nacional-, cuyo despliegue fotográfico fue notable hacia la época.


Hacia 1943 llegó la soñada apertura de su propia casa fotográfica en la esquina de 25 de Mayo y Avenida Mitre, punto de cita obligada de artistas e intelectuales. Poco menos de una década más tarde concretó su primera exposición individual titulada "Mis fotos" y en 1955 inauguró la muestra "La fotografía y la música", la genial serie que lo consagró a nivel nacional e internacional. La empresa alemana Agfa lo incorporó como asesor técnico.


Por Abel Alexander

Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía


Bibliografía: 

- Jeanmart, Feliciano:  Pedro Otero - La Fotografía y la Música. Catálogo de la Galería Agfa. 7/30 de abril de 1997. Buenos Aires. 1997.

- Medail, Francisco: Entre el Colón y Avellaneda hay apenas veinte minutos de diferencia. Artista Homenaje Pedro Otero. BAphoto. Buenos Aires. 2021.

- Otero, Osvaldo: La obra de Pedro Otero. En “Historia de la Fotografía”. Memoria del 8° Congreso Nacional y 3° Latinoamericano de Historia de la Fotografía". Vicente López (Buenos Aires). 2003.

- Otero, Pedro: Cuatro por cuatro de frente - Memorias. Editorial Suburbio. Sarandí (Buenos Aires). 1981


S.O.H-X-OOL
AUTOR/A OTERO, PEDRO

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